Cuando
Griezmann marcó en Riazor, y la Real Sociedad certificó su cuarto puesto
ayudado por la derrota del Valencia ante un gran Sevilla, todos los realistas
celebramos quizá la victoria más importante a un solo partido desde 1987. Y es
que los objetivos se habían ido logrando con holgura o se había caído en la
fatalidad en sólo 90´. Logros como el ascenso, o la plaza de Champions League
de hace 10 años, habían llegado siempre con margen, y sobrados de puntos. Por
este motivo al menos, algunos creímos en un cambio de ciclo, quizá la suerte
comenzaría a sonreír a la Real.
El equipo a
partir de la jornada 11, había mostrado su mejor cara en años, y aunque algunas
lesiones leves y sanciones, dejaron fuera eventualmente a algunos de los
titulares, el 11 de la Real se mostró muy constante. Aunque quizá sin
demasiadas alternativas, fundamentalmente del medio del campo para atrás. Aún
así, salvo las ausencias de Illarramendi, la Real pudo mantener su nivel semana
tras semana. Si bien, en el último mes algunos atribuimos a la acumulación de
partidos, falta de frescura. Un cierto bajón físico, por decirlo de algún modo.
A falta de un
encuentro, se comunicó que Montanier, no continuaría al frente del Cuerpo
Técnico donostiarra. No a todos nos pareció una brillante idea, a pesar de las
duras críticas que había tenido por gran parte de la afición. Cierto es que la
gestión de partidos como el de Anoeta frente al Granada, no habían sido
satisfactorias, pero también podíamos encontrar algunas virtudes en él. Sabía
generar juego combinativo y con pegada de cara a gol, porque tenía la facultad
de construir un buen fútbol ofensivo. En su contra destacaría quizá, la
dificultad del equipo para mantener marcadores favorables, y los problemas en
la retaguardia. Bien es verdad, que hoy por hoy, la Real es mejor de medio del
campo para arriba, que hacia atrás.
Así pues,
muchos quedaron satisfechos con la salida del de Vernon, si bien a un partido
del final de Liga no parecía lo más apropiado difundirlo. Se barajaron algunos
nombres para sustituirlo, pero lo reconocido por el Club, fue que el Tata
Martino y Jagoba Arrasate, habían sido las únicas alternativas reales. Lo que
no deja de ser paradójico, ya que uno y otro son de un perfil muy diferente.
Los tempos del entrenador argentino y la Real no coincidieron. Este fue el
motivo manifestado a la hora de decantarse por Jagoba Arrasate. El de Berriatua
contaba con una gran virtud, que era conocer desde dentro el equipo, como
ayudante de Montanier y en las categorías inferiores. Y en su debe, que carecía
de experiencia como primer entrenador de un equipo como la Real.
El discurso de
la casa respecto a la planificación de la plantilla 2013-2014 se basó en la
consolidación del bloque, remitiéndose “a la cláusula de rescisión” para evitar
salidas de jugadores. Se hablaba de alguna incorporación, pero sobretodo se le
daba importancia, a que nadie marchase. Pero el Real Madrid se cruzó en el
camino, y se hizo con los servicios de Asier Illarramendi, tras arduas
negociaciones entre los dos clubes. La venta en términos económicos fue un
éxito para la Real, pero las consecuencias deportivas aún las desconocemos. Lo
que sí es de destacar, es el pesimismo en el que han caído algunos de los
aficionados a partir de ese momento.
La importancia
de Asier Illarramendi en la fluidez del juego y la salida del balón, o en la
transición defensa-ataque, estaban fuera de toda duda a final de la temporada
pasada. Si de algo careció el equipo fue de una cierta soltura a la hora de
relacionar defensa-ataque. Y asistimos a dificultades que obligaban al pivote
defensivo a retrasar el balón al portero, para que pateara, cuando el rival
presionaba en el centro del campo, lo que costó puntos. Por este motivo algunos
se postulaban en la idea de que Asier debía ser el 4, ya que en la posición de
medio-ofensivo las alternativas eran mayores, con jugadores como Pardo o
Zurutuza. La salida de Illarra suponía la necesidad de reconstruir el centro
del campo. Esto ha llevado a un debate sobre la necesidad de reforzar la
posición, de medio defensivo u ofensivo. Parece que el Club está más interesado
en la segunda, pero no somos pocos los que nos inclinamos por la primera
opción.
Han sonado
muchos nombres, sobretodo el de Jonathan Dos Santos. Pero la Real sigue sin
fichar para el centro del campo. Lo que preocupa a muchos realzales, ante el
inminente inicio liguero, y la llegada de la previa. El fichaje de Haris
Seferovic ha gustado, puesto que apunta buenas maneras, y su rendimiento en los
amistosos ha sido positivo, pero viene a reforzar una posición que está muy
bien cubierta por Agirretxe. Si bien, se necesitaba una alternativa más allá de
Vela, que pudiendo jugar ahí, es el único para el puesto de interior/extremo
derecho de la actual plantilla, tras la grave lesión de Diego Ifrán, si
contamos con que Prieto seguirá jugando por el centro. La postura que mantengo,
y he mantenido desde la salida del de Mutriku, es que la Real necesita un 4, y
en segundo lugar y por orden de importancia un central. Dicho esto, reconozco
las posibilidades que ofrecen jugadores como Gaztañaga, Sangalli, Ros o
Etxabeguren. Pero aun así creo, que deberíamos afrontar una temporada tan
exigente, con un par de refuerzos al margen del Bosnio-Suizo.
En el Club, el
enorme ingreso que ha supuesto la venta de Illarra, parece haber dinamizado el
proyecto de transformación de Anoeta, más allá de los refuerzos del primer
equipo. La afición desde hace años, ha solicitado eliminar las pistas del
estadio, por lo que es una iniciativa ilusionante. Sin embargo, me preocupa que se elabore un plan demasiado
ambicioso. Se ha hablado de construir un Hotel o/y un Centro Comercial, y desde
luego esto no viene de la afición. Y digo me preocupa, porque si los ingresos
de la Real no dan para aumentar el presupuesto actual, me parece difícil que
pueda impulsar un proyecto así. Y más aun, que termine exigiendo nuevas salidas
de futbolistas para financiarlo, como ha sucedido en al menos, otro Club de la
Liga.
Relacionado
con la planificación de la plantilla, tiene cabida otro debate. La plaga de
lesiones que ha sufrido el equipo. La exigente pretemporada ha causado
numerosas bajas, muchas de ellas entre jugadores del 11 titular del año pasado.
Incluso ha dejado en el dique seco a Ifrán y Mikel. Si esto sucediera durante
la temporada, pondría en graves apuros a Arrasate, que tendría que terminar
recurriendo en exceso a jugadores del Sanse, o suplentes que han carecido de
suficientes minutos en la última temporada. Lo que podría perjudicar tanto a la
Real, como al propio Sanse. Además la falta de frescura del final del año
pasado, esta temporada cobrará aún mayor importancia, pasando factura en la
competición más importante, la Liga.
Por otro lado,
a muchos no les ha gustado los rivales de la Real en pretemporada, a los que se
achaca poca capacidad de competir, ya que hasta ahora sólo Toulouse y Sporting
de Lisboa, pueden asemejarse a la Real Sociedad. Al margen del desafortunado
desplante del Tottenham, que no se puede atribuir a nuestro Club. Quizá,
equipos más competitivos, hubieran ayudado a acercarse más, al ritmo necesario
para un inicio de temporada tan exigente, aunque queden dos partidos más
atractivos para este fin.
Así pues, por
algunos de estos temas, existe cierto pesimismo entre parte de la afición.
Habiendo cambiado de algún modo, la perspectiva de aquel primero de junio, en
el que la Real refrendó, su capacidad para competir entre los grandes de
Europa.
Natxo
Gamborena
@natxorgr
No hay comentarios:
Publicar un comentario