Es difícil no hacer una crónica de un partido como este en
caliente, con los argumentos de quién desde el once tiene claro que no es el
planteamiento correcto, y con la debacle confirmada se ensaña haciendo leña del
árbol caído.
En frio como las autopsias, y con cadáveres futbolísticos y
clasificatorios, me parece el momento de valorar el encuentro de este lunes.
Las circunstancias del partido no lo condicionaron, ni lo
decantaron del lado Vallecano, así que no las contemplaré.
Respecto a la alineación: de los 7 jugadores que entraron
respecto al partido anterior diré que la presencia de Agirretxe se debía a un
cambio de sistema, las ausencia de Bravo Ansotegi a sus lesiones, y la ausencia de Griezmann se
justifica para darle descanso.
El partido del Rayo
Respecto al rendimiento del equipo rival es justo reconocer que
pusieron mucha intensidad, que el Rayo estuvo metido en el partido los 90
minutos (nuestras carencias fueron su virtud) y que buscaron la victoria con
fé. Pero de ahí a decir que el equipo madrileño hizo un partidazo… tampoco, no
acepto el argumento porque creo que no se ajusta a lo que yo ví. Han mejorado
su rendimiento, equilibrado sus transiciones y juegan más implicados y juntos,
pero no fueron el “Rayo Bayern-cano”
No propuso el equipo vallecano una táctica deslumbrante o
revolucionaria, ni nos dió un baño (salvo una vez más, en lo que a actitud
respecta), ni hubo combinaciones brillantes, jugadores letales o juego
colectivo deslumbrante. Si supieron venirse arriba con el permiso de la real y
aprovechar regalos impropios de un equipo champions.
Ni en los mejores sueños rayistas podían esperar un regalo
como el inocente penalti de J. Angel, o el fallo del portero, menos aún tras
encajar un tempranero tanto de Iñigo Martínez, algo mejor ayer el defensa respecto
a su discreta temporada.
Analizando las
actuaciones de nuestro equipo:
Jagoba se equivocó en
la alineación, no supo rectificar en el primer tiempo, no supo recuperar el
centro del campo en ningún momento, mantuvo a los jugadores que peor
estuvieron, se empecinó hasta lo enfermizo retrasando a Elus al eje de la zaga
en el primer cambio para sacar a un Mikel con amarilla pero que ha jugado sin
problemas con una amarilla otras ocasiones y demostró con hechos que el tema de
Elus se ha vuelto muy venenoso para el rendimiento del equipo. El resto de los
cambios buscando atacar a tumba abierta y con terca obstinación en su
inmolación futbolística.
Salvaría de la quema a un brillante en todas las facetas
Zaldua que ha borrado de las alineaciones a C. Martínez, sellando su banda en
defensa, subiendo con criterio y centrando como los ángeles.
Vela estuvo fallón y nunca ha sido un derroche en
defensa ni en la presión pero esta Real le debe demasiado al mejicano para
atizarle, cuando toca trabajar suele ser remolón, y por otro lado aunque estos
partidos suyos no se permiten en equipos como el Arsenal todavía la Real no es
el Arsenal para lo bueno ni para lo malo. Del Chory y Agirretxe: sus
respectivos estados de forma se evidenciaron en el césped . Zubikarai con su
falta de confianza y minutos, con su costumbre de no blocar y con su guitarra,
también acabó regalando un gol. Pardo demostró que su presencia tiene influencia
en el marcador porque marcó el segundo gol y dio el pase del primero, se
desfondo corriendo tratando de achicar en el centro del campo pero de forma
estéril al carecer de ayuda.
Los demás lejos de su nivel,
especialmente alarmante la actuación
Xabi Prieto porque ahora tiene recambio, no está a su nivel y estos partidos
pueden hacer olvidar a mucha gente quien es el capitán y que significa en el
vestuario y en el terreno de juego, o lo que ha aportado y puede aportar con su
calidad.
Ahora quedan varios cadáveres:
Un técnico que ha quedado en
evidencia, igual que ya le ocurriera a Monty, su público considera que su
manejo de la plantilla no exprime todo el talento disponible y lamentablemente
será señalado en cada tropiezo, pese a todo y con los datos en la mano no es de
los peores entrenadores que han pasado por Anoeta.
El dañino “Caso Elus” afecta
alineaciones , condiciona los cambios del míster, sigue enquistándose y la
situación afecta ya el rendimiento del equipo y la clasificación como evidencia
algún dato como 13 derrotas de 15 partidos con Elustondo en el once.
Lo peor de todo es que Anoeta ya
ha visto otros jugadores señalados por su afición (el caso de Idiáquez, hace no
mucho tiempo), a estas alturas es irreconciliable y empeorará salvo que el
rendimiento del centrocampista le convierta en un crack mundial o salga del
equipo.
Si
desde el club se pretende echar tierra sobre este asunto, en su caída
arrastrará más gente al hoyo (otros jugadores con bajo rendimiento, el técnico,
la dirección deportiva, una plaza champions…) y fracturará la relación entre la
grada y el equipo.
@AitorCester
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